Todo emprendedor debe saber cuando decir NO, para así poder centrarse en sus prioridades. Esto aplica para todas las personas.
Fedor Dostoievski
Muchos piensan que el negarnos a hacer algo que nos piden, nos hace las malas personas y haciéndolo nos convertimos en personas desagradables.
Generalmente queremos complacer al resto de las personas, inclusive anteponiendo nuestras prioridades, nos gusta ser generosos y ayudar, pero también debemos cuidar nuestro tiempo porque es algo que no podemos recuperar. En ocasiones, ni siquiera sabemos decirnos que no a nosotros mismos, ya que tratamos de abarcar múltiples tareas y proyectos que se nos presentan sin siquiera ver si tenemos o no tiempo para realizarlos.
Muchas veces no sabemos marcar los límites en cuanto a las tareas que podemos realizar, es importante aprender a conocer nuestras propias capacidades, de esta manera podremos ser mucho más productivos.
Saber y poder decir que no, es una habilidad que es conocida como “Asertividad”. Entre mayor asertividad tengamos, la seguridad en nosotros mismos también será mayor. Entonces. ¿Cómo son las personas asertivas? Son personas que pueden expresar lo que desean de una manera amable y directa, siempre respetando al resto de las personas.
No estamos diciendo que debemos convertirnos en personas. Lo ideal es conseguir el equilibrio entre los extremos que ciertamente son igual de malos como es el decir a todo que si y decir siempre que no.
El poder controlar estas situaciones dependerá únicamente de nosotros. Debemos aprender a tomar las riendas que nos ayuden a mejorar nuestras relaciones con las demás personas.
Es común pensar que si le negamos la ayuda a alguien, eso genera una mala imagen de nosotros. Pero, no tiene porque sentirse así. lo único que están haciendo es controlar su vida de manera efectiva.
En ocasiones, solo para no quedar mal, intentamos huir de lo que nos solicitan inventando excusas o alguna mentira que nos ayude a salir del compromiso sin negarnos.
En este momento es donde entra en su papel la asertividad. Esta nos indicará cuanta es la seguridad que tenemos en nosotros mismos sin tomar en cuenta lo que piensen los demás. Recuerden que estamos defendiendo nuestros derechos, sin lastimar ni perjudicar a nadie.
Es importante recordar que todos tenemos derechos y obligaciones, y que todos somos importantes. No debemos ser sumisos, pero tampoco agresivos, lo importante es conseguir el equilibrio, esta es la característica de la asertividad, y aprender a saber decir si y no cuando sea necesario.
¿En cuantas ocasiones hemos dicho que si, cuando realmente deseábamos pararnos firmes y negarnos? Deberíamos analizar qué es lo que nos impulsa a actuar de esta manera.
Por ejemplo, alguien nos invita a salir y decimos que sí, cuando la realidad es que deseamos hacer otra cosa. ¿Porque si no deseamos salir contestamos que si?
La mayoría actúa de esa manera para no herir los sentimientos de nadie. Pero cuando nos damos cuenta que esas no son las verdaderas razones, es cuando aparece el conflicto. Quizás no es tan fácil ver claramente el límite entre dar una amable respuesta y una poco asertiva.
La diferencia la conseguirán en las verdaderas razones que influyen en su respuesta como consecuencia de la dificultad que tenemos para expresar y defender nuestros deseo y opiniones.
Las personas poco asertivas tienen rasgos comunes fácilmente identificables:
Cabe destacar que estas personas son muy diferentes de aquellas que deciden de manera voluntaria ayudar y dedicar su vida al prójimo. En este caso se trata de una elección libre, lo que da como resultado una profunda satisfacción y felicidad con lo que hacen.
Es necesario que pensemos antes de actuar, que es lo que perdemos cuando anteponemos las necesidades de los demás antes que la de nosotros mismos.
Si realmente deseamos ser personas productivas, el convertirnos en multitareas no es algo que debemos ser. Recuerden, cuando aceptan realizar las necesidades de terceros, cambian sus prioridades por las de alguien más.
Debemos estar muy claros de cuales son nuestros fundamentos, nuestros valores y de esta forma sabremos qué cosas deseamos hacer y cuáles no. Es importante que nos conozcamos.
Olvídense del miedo, en algunas situaciones es necesario librarse de la culpa. Fuimos educados para agradar al mundo, pero esto evita que seamos asertivos. Cuando valoramos nuestras razones no actuamos precipitadamente y tomamos la decisión correcta.
Existen algunos factores que podemos considerar como principales y que siempre aparecen cuando deseamos colocar límites ante algunas peticiones. Son varias las ideas que damos por sentadas que debemos sacar de nuestra mente para seguir adelante. Tenemos las que siguen:
Como la mayoría quizás también piensen que es su deber dar y ayudar a las demás personas, priorizando sus necesidades sobre las nuestras. Piensan que son egoístas y malos amigos.
Como ya hemos mencionado, todo se trata de buscar el equilibrio siendo asertivos. No queremos que se conviertan en personas egoístas, ni mucho menos que piensen que están por encima del resto, pero tampoco que piensen que son menos que los demás o están por debajo del resto.
Si tienes que decir sí, dilo con el corazón abierto. Si tienes que decir no, dilo sin miedo.
Este es un gran error, nunca deben pensar que son imprescindible para otros. Es necesario que aprendamos a delegar de manera inteligente.
Dedicarse a lo que realmente son bueno. Muchas veces las personas abusan de nuestro sentido de responsabilidad y tratan de sacar provecho de ello.
Si deciden aceptar alguna tarea, háganlo por las razones correctas y buen criterio. No acepten solo porque tienen la idea de que ellos harán algo de la misma magnitud por ustedes... Aunque no lo crean, muchas personas no están dispuestas a mover un dedo por otras.
Muchas veces estamos mas pendientes de que todos estén complacidos, dejando de lado nuestros valores y motivaciones, todo con tal de evitar los conflictos. Somos personas conformistas y si salimos de nuestra zona de confort nos sentimos inseguros.
Deseamos caerles bien a todos y que no digan que somos poco sociables, por esto dejamos que la opinión del resto del mundo nos afecte más de lo que debería.
Aprender a decir “NO” de manera correcta es el paso para detener los excesos de trabajo y lograr gestionar nuestro tiempo de mejor manera. También tenemos muchos más beneficios de decir no y poner límites.
Si logran dejar al resto del mundo detrás de las vallas y no colapsar, obtendrán múltiples beneficios para sus resultados:
Hay que ser personas de actitud agradable, pero con carácter firme. Sean abiertos, pero a la vez condescendientes. Inclusive si hablamos de algún cliente, podemos aceptar lo que pide, pero solo si es algo que realmente esta a nuestro alcance.
Para terminar, queremos recordarles que son libres, tienen derecho a elegir lo que desean o no hacer.
Créditos de Imágenes
Alicia Juarez
Contador Público de profesión y escritora en formación. mamá de Jonathan y Roxi. Amo el Cine, las manualidades, el diseño y la decoración. Vivo la vida un día a la vez. ¡Ser feliz es mi decisión!
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